Zarmack me ha pedido una actualización de mis opiniones sobre los KS y he pensado que serÃa mejor compartirlos con todos los compañeros del foro.
Para el que no quiera esperar al final del mensaje, estas son mis conclusiones, como siempre temporales a fecha de hoy:
1. Tiempo. Esta señorita requiere tiempo (ya me lo habÃan advertido). Quizá esté enamorada de ti, pero eso no quiere decir que vaya a ser fácil. Le gusta que te tomes tu tiempo, a fin de cuentas el cortejo también tiene su encanto. Parece que los transductores van cogiendo forma y mejorando con la escucha. Me temo que esto también es cierto para el cerebro de quien escucha.
2. Amplificación. A los KS les gusta la potencia. Particularmente, soy de los que no requieren altos volúmenes para disfrutar, más bien al contrario. No obstante, con estos auriculares es recomendable subir el atenuador. Sorprendentemente, esto no significa que el volumen se dispare hasta niveles molestos. Es cierto que se eleva, pero menos de lo esperable y siempre dentro de una zona agradable.
La anterior revisión la hice basada en la comparación con los TR50p modificados, lo que realmente no es justo ya que son auriculares cerrados con caracterÃsticas diferentes. Para la actual he realizado una comparación con los conocidos AKG K701, y ocasionalmente volviendo a los Fostex. Los AKG son famosos por ser auriculares monitor con respuesta plana y muy detallados, además de abiertos.
Para la comparación he elegido dos grabaciones:
1. Finlandia, de Sibelius, en disco de Neeme Jarvi con la Orquesta de Gotemburgo, del sello BIS. He elegido esta grabación porque la obra posee una dinámica elevada, con graves y agudos simultáneos, asà como pasajes relajados y dulces a cargo de la sección de viento-madera. De las grabaciones de la obra que tengo, el sello BIS se caracteriza por realizar la menor compresión de la información y poseer la mayor dinámica. En sus discos, llega a poner la advertencia de que "la dinámica de este disco puede dañar su equipo" :-)
Vamos allá. Como ya habÃa comentado con anterioridad, la extensión de graves y agudos del KS no tiene comparación con los otros auriculares. El comienzo, solemne, con unos graves que transmiten la enormidad y desolación del terreno, suena magnÃfico, con los bajos llegando a la parte inferior del especto audible ... y manteniéndose en su nota. Sin en unos buenos altavoces el pasaje harÃa retumbar la caja torácica, los KS consiguen ese efecto en el cráneo (atenuado, claro, menos mal). Los AKG hacen una representación más sobria, lo que es normal teniendo en cuenta de la timidez de los graves en este auricular (en realidad internet está lleno de modificaciones con el objetivo de extender los bajos del K701). Asimismo, los KS hacen el mejor trabajo en los pasajes que transmiten el poder de la tierra a través de la cooperación del viento-metal y los platillos. Los agudos tienen un recorrido muy superior tanto a los AKG como a los Fostex, a pesar de que el transductor de éstos últimos es especialmente bueno en los medios y medios-altos. Como siempre, extensión pero con control. Las notas se mantienen inalteradas en el crescendo a pesar de la creciente energÃa que transmiten.
En el pasaje central, que a mà me sugiere un suave amanecer en las vastas llanuras de Finlandia, la sección de viento-madera se ve acompañada por un tenue trémolo de la percusión. En principio, este acompañamiento es más evidente en los AKG, cuya presentación es fantástica y vÃvida. Al principio, no habÃa reparado en ella durante la audición con los KS. Tuve que volver atrás para darme cuenta de que estaba allÃ, incluso con graves más extendidos. Sin embargo, la integración de los graves con los medios en el KS es tal que no me habÃa fijado en la complejidad del pasaje.
Para mi sorpresa, los AKG presentan ruidos (golpes de arco, etc.) que no se aprecian (no digo que no se perciban, que es diferente) con los KS. En la primera sesión habÃa pensado que los KS perdonaban menos los defectos de la grabación, pero da la sensación de que no es asÃ. Al fin y al cabo, los AKG están hechos para detectar cualquier error en el proceso de edición. Esto es igualmente cierto para los pasajes con elevado componente de agudos, posiblemente porque las frecuencias excedan la capacidad de representación controlada de los AKG.
Como nota final debo decir que en una primera audición la presentación de los AKG es más fácil y fluida que la de los KS. Los KS despliegan más información, lo que requiere audiciones posteriores para apreciarlos.
2. El "Mornig Mood" de Peer Gynt de Grieg, en grabación de Hadley y la Orquesta del Ulster en el sello Chandos. Aquà la selección de la obra se ha basado en unos criterios diferentes. Es uno de los movimientos más conocidos de la música clásica, no tiene mucha dinámica, es suave, agradable, con preponderancia de cuerdas y viento-madera y con una flauta travesera tan dulce que casi acuna. En principio, no esperaba diferencias entre los auriculares en comparación. No existen grandes altibajos, nada que lleve a los transductors al lÃmite y la energÃa transmitida es muy baja.
Error. Craso error. Posiblemente es una de las grabaciones que, hasta ahora, transmiten con mayor fuerza la supremacÃa de los KS. En el comienzo del movimiento, los KS transmiten mucha más espaciosidad, con los graves, como de costumbre más extendidos que los AKG. Cierto es que ninguno de los auriculares es llevado a su lÃmite y que todos suena formidablemente. Pero la mayor sorpresa han sido los medios. (insertad aquà unos ojos girando en todas direcciones). Si en la primera audición me pareció que los medios del KS eran recesivos, en esta obra son mucho más brillantes (en el buen sentido que los de los AKG). La flauta se puede palpar. ¿Y con respecto a los TR50p? Igualmente desarrollados (punto fuerte de los Fostex) pero con una diferencia sustancial: la definición y extensión de los KS es muy superior. Ya digo, mi mayor sorpresa.
La pregunta ahora es: ¿cómo has pasado de percibir unos medios débiles a unos medios enérgicos? Pues la verdad, no lo sé. Puede ser que el transductor vaya mejorando sus cualidades. No obstante, la experiencia me enseña que las máquinas cambian poco en comparación con los cuerpos orgánicos. Y en este caso, me temo que soy yo el que sinceramente, al percibir tanta información de graves y agudos no era capaz de estimar bien la potencia de los medios. Simplemente, me veÃa sobrepasado. Y conforme pasa el tiempo y me acostumbro a la nueva cantidad de información, voy siendo capaz de procesarla.
¿Y ahora? Baste decir que, de momento los KS se han convertido en mis auriculares preferidos de los que dispongo. Por supuesto, estos juicios son siempre particulares y, en mi caso, hay que tener en cuenta mi limitada experiencia y disponibilidad de auriculares
Al final, tras este limitado perÃodo de audición, sospecho que hay algo más allá de las simples máquinas. Empiezo a pensar que la bondad o no de los equipos depende, en gran medida, del aprendizaje del cerebro. Pasar del pop/rock al jazz o la música clásica requiere de un duro aprendizaje por parte del cerebro. Si a los primeros les basta con cuatro compases conocidos repetidos doce veces, las obras clásicas o de jazz tienen un lenguage mucho már rico y complejo que requier tiempo y sacrificio aprender y disfrutar. Y vaya por delante que yo disfruto del pop y rock como cualquier otro hijo de vecino.
De la misma manera, equipos con mayor resolución transmiten más información que el cerebro debe acostumbrarse a procesar. Y ya conocemos la máxima de la naturaleza: tendencia al mÃnimo esfuerzo. Al final, y respondiendo a la pregunta que hacÃa en el post anterior, quizás un equipo nos presenta una determinada obra de forma menos agradable que otro, no porque el segundo sea mejor, sino porque la presenta de forma que requiere menos sacrificio, y nos hemos acostumbrado a ello.
Tengo la sensación que The Lady me va mostrando poco a poco sus mejores encantos. Como esto siga asÃ, voy a tener un amor para toda la vida.
Seguiremos informando ...