Llevo un par de dÃas probando el AP10… y mis sensaciones, de momento, son prácticamente idénticas a las del compañero Prisma. TenÃa curiosidad por saber qué podrÃa aportar el AP10 al ACRO CA 1000, cuya salida de auriculares es, como sabemos, enormemente capaz. Ciertamente, no es un asunto de potencia, sino de “calidez†o riqueza tÃmbrica. Se nota la clase A. El AP10 no es que compense el SABRE que monta el ACRO —pues aquà no hay nada que compensar: el sonido del ACRO, siendo detallado, ya es de por sà “eleganteâ€â€”, sino que aporta un poco más de cuerpo en la zona media sin perder el aire —o no todo el aire— que proporciona el ACRO. Por otro lado, su dinámica anda rozando el sobresaliente… sobre todo a través de la conexión de 4,4mm. Evidentemente, tratándose de un amplificador portátil, juega en una liga distinta a la de algunos monstruos de escritorio —pienso, por ejemplo, en el Ferrum Oor—: el tratamiento de los contrastes entre la macro y la micro dinámica no es el mismo (ni puede serlo). Pero esto no niega que se trate de un muy buen amplificador. Da lo que promete.
Hasta ahora, he estado escuchando el AP10 con los EMPYREAN, los HD800s y los MM-500… y el AP10 no tiene ningún problema en manejarlos… aunque puede que prefiera escuchar los primeros con el ACRO directamente. Sin embargo, no dirÃa lo mismo de los MM-500: en este caso, el sonido que proporciona la combinación es, sencillamente, glorioso). En lo que respecta a los HD800s… depende del momento.
Me atreverÃa a decir que lo que ha conseguido A&K con el AP10 es proporcionar un sonido de clase A manteniendo, como decÃa, la sensación de aire que transmite el ACRO. O al menos, no perdiéndola del todo. No es esta la sensación que me transmite, por ejemplo, el Lehmann Black Cube Linear que también funciona en clase A (aunque ello no quita que sea un amplificador más que decente). Creo que, de tener que elegir, me decantarÃa antes por la combinación ACRO CA 1000-AP10 que por el ACRO CA 1000T, siendo este último un excelente todo-en-uno. Pero soy consciente de que sobre gustos no hay nada escrito.